domingo, 17 de febrero de 2008

El Insólito Doctor Orto

El dilema moral

El Hace las cosas bien, pero ¿qué son las cosas?
¿qué es bien?
El Dr. Orto guarda en su cabeza un remolino de neuronas y contradicciones, mas, a fin de cuentas, es fiel. Ve pasar el día ante sus ojos con irritante tranquilidad y al llegar la noche intenta dormir cuestionándose si ser consecuente vale la pena comparado con el placentero triunfo del hombre ruin.
El Dr. Orto ha estudiado mucho y sabe que las personas están inmersas en un vaivén de eterno cambio, pero cuando hay guerra, nuestro noble Doctor jamás cambia de estrategia, pues como dice la ley de Murphy o alguna de sus variantes
“Las variables no varían y las constantes no son tales” ¿Por miedo? ¿o por el inconciente reglamento impreso en sus genes? El Doctor Orto no lo tiene claro, solo sabe que sufre cuando la derrota se debe a su aparente pasividad calculadora pues se sentiría culpable si actuara como pareciera normal que se debe proceder.
El Dr. Orto percibe las cosas, las piensa, las siente con el órgano del sin sentido pero no logra entenderlas. Él ve el mundo en colores sin contrastes, pero, aunque lo deteste, las opciones se le presentan en blanco y negro y el Doctor termina por elegir muchas veces la alternativa incorrecta para luego preguntarse en el trayecto a casa ¿por qué soy un perdedor?

La fuente de los deseos

El Doctor Otro sabe que el Oso Grizzli abraza con su suave peluche pero desgarra con inconciente navaja. Es por eso que en su bolsillo izquierdo guarda una un arsenal de monedas de un peso por si en el camino se topa con una fuente o con cualquier charco lo suficientemente profundo como para salpicar con el peso de un gramo de aluminio. En su bolsillo derecho lleva un amarillento papel arrugado, el cual lee cada vez que realiza su ritual místico. En dicho pergamino el doctor orto escribió:

“Quiero que sea tranquila pero ambiciosa, espontánea, con arranques de locura pero estable. Que abrace mis sueños y me venda los suyos. Que celebre mi rareza y castigue mi cobardía, que se parezca al mundo pero que no sea como el resto. Quiero que sea la versión bien parida de yo mismo”

El Doctor Orto sabe que es imprescindible nutrirse de la diversidad, pero todos necesitamos respirar el aire que exhala un alma igual.

1 comentario:

ºentranaincandescenteº dijo...

cuando tira el deseo cierra los ojos?, tal vez deberia saber que si no lo hace es como contar el secreto tras soplar las velas.

yo no se lo que es un ser igual. no creo que exista, siempre hay pequeñas variaciones, antes pensaba que si...
hoy creo que cada obeja con su paraja, que es lo mismo pero no es igual.