martes, 14 de abril de 2009

Cuarto Menguante

No se que salió mal, desperté e hice mis cosas como cualquier día. Salí a la calle y sospeché algo raro, era un día denso, húmedo. Parecía que iba a llover. En la calle todo el mundo parecía estar cansado, todos parecían desconfiar de todos, todos tenían dudas en sus frentes, todos me parecían extraños. Todos. No supe de que se trataba hasta que llegó la noche. Por sobre las montañas y entre los edificios se asomó la Tierra mostrando con un belleza inimaginable el extremo sur de América, aquel resplandor azul que daba a la noche un tono de ensueño, sacado de la más fantástica película.
No se que salió mal.
Tanta belleza entristecía a la humanidad, recordándoles donde están y a donde no pueden volver.

jueves, 2 de abril de 2009

Caer

Durante aquella semana sufrí grandes cambios. No experimenté una disminución de mi fuerza o de mi energía, simplemente mis sentidos comenzaron a apagarse. Mientras pasaban los días todos mis sensores iban debilitándose al mismo tiempo hasta que el domingo me acosté casi en completa oscuridad.
Desperté sin poder oler, oír, tocar, ver y saborear. Ni siquiera podía saber si realmente estaba respirando o si efectivamente estaba en mi cama pero la lucidez de mi conciencia me indicaban que sí estaba despierto. Yo era y no estaba. Para mi familia estaba pero no era. Me invadió la angustia de imaginar la desesperación de los que me rodeaban. ¿Qué podía hacer yo?
De pronto me encontré solo con mis pensamientos, flotando en una especie de recipiente negro. Recordé mi pasado, vi fotos, oí canciones, chistes y dulces voces, comí helados, pizza y papas fritas. Hice un censo de toda la gente que he conocido y la vida que llevaban cada uno de ellos. Reconstruí todos los lugares que he visitado y hasta imaginé los que aun no he pisado. Cuando ya no tenía con quien más discutir ni lugares donde ir, enfrenté el bien con el mal, idea tras idea hasta creer que todo lo podía entender.
No se si fueron años o tan solo un segundo, me estaba cansando de pensar. Ninguna imagen se dibujaba en mi pizarra mental. Estaba entonces rodeado de lenguaje, letras que se unían y se reagrupaban formando extrañas ideas que entendía sin poder pronunciar. Entonces ocurrió lo que siempre temí: olvide como hablar, leer y escribir.
m E q

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dÉs i
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laaaaabr
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Marcha de Osías (María Elena Walsh)

Osías el Osito en mameluco
paseaba por la calle Chacabuco
mirando las vidrieras de reojo
sin alcancía pero con antojo

Por fin se decidió y en un bazar
todo esto y mucho más quiso comprar.

Quiero tiempo pero tiempo no apurado,
tiempo de jugar que es el mejor.
Por favor, me lo da suelto y no enjaulado
adentro de un despertador.

Osías el osito en el bazar
todo esto y mucho más quiso comprar


Quiero un río con catorce pececitos
y un jardín sin guardia y sin ladrón.
También quiero para cuando este solito
un poco de conversación.

Osías el osito en el bazar
todo esto y mucho más quiso comprar


Quiero cuentos, historietas y novelas
pero no las que andan a botón.
Yo las quiero de la mano de una abuela
que me las lea en camisón.

Osías el osito en el bazar
todo esto y mucho más quiso comprar


Quiero todo lo que guardan los espejos
y una flor adentro de un raviol
y también una galera con conejos
y una pelota que haga gol.

Osías el osito en el bazar
todo esto y mucho más quiso comprar


Quiero un cileo bien celeste aunque me cueste
de verdad, no cielo de postal
para ir me por el este y el oeste
en una cápsula espacial

Osías el osito en el bazar
todo esto y mucho más quiso comprar