No tenias apuro.
De pronto la cama ya no la sentías cómoda, el sol salió por completo y las sábanas dejaron de ser suaves. Además tenías hambre.
No disfrutaste la ducha pues estaba tibia, ni fría ni caliente. Pensabas si seguir bajo el agua o salirte de una vez por todas entonces te asomaste por la ventanita del baño y viste como el vapor recorría los techos de lata y los edificios hasta abrirse camino hacia el mar. Qué ridículo sería ver tu cara mojada desde el puerto saliendo de una ventanilla en un océano de casuchas. Te secabas y pensaste en desayunar en el puerto. Mientras esperabas tu sándwich quisiste pasar unos días mas en Puerto Montt y buscar trabajo en algún barco oxidado, pero te embarcabas esa misma tarde.
La barcaza Puerto Edén se alejaba lentamente con la ayuda de unos diminutos y potentes remolcadores. Te viste haciendo ese trabajo, te viste con una gorra gris y siempre acompañado de un termo, te viste tomando una siesta en los días de tempestad mientras el puerto permanecía cerrado. Y te viste ansioso de cruzar el Golfo del Corcovado a las cuatro de la mañana, entonces te sentiste no tan al sur, pues la Antártica aun quedaba lejos. Tu no sabias si ibas a llegar. No tenías apuro.
2 comentarios:
sigue asi , escribiendo.. y dile al polvorin reeeeeeeeeeeegeeee polva flow que se motive que hace tiempo tiene la mierda botada .
buaaa ( vomito)
Snt! :)
Bs
Vvn
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