lunes, 29 de marzo de 2010

Deseo

Hacía mucho frío y no te diste cuenta. Dormías, como siempre, con la puerta del balcón abierta, pero esta ya no era tu casa y la temperatura no era la misma. Entonces te despertaste minutos antes del amanecer y la cerraste. Quisiste volver a dormir pero ya no tenías sueño, estabas cómodo, no tenías frío y la luz que entraba por la cortina de paja era maravillosa. Tampoco te levantaste en seguida. 
No tenias apuro.
De pronto la cama ya no la sentías cómoda, el sol salió por completo y las sábanas dejaron de ser suaves. Además tenías hambre. 
No disfrutaste la ducha pues estaba tibia, ni fría ni caliente. Pensabas si seguir bajo el agua o salirte de una vez por todas  entonces te asomaste por la ventanita del baño y viste como el vapor recorría los techos de lata y los edificios hasta abrirse camino hacia el mar. Qué ridículo sería ver tu cara mojada desde el puerto saliendo de una ventanilla en un océano de casuchas. Te secabas y pensaste en desayunar en el puerto. Mientras esperabas tu sándwich quisiste pasar unos días mas en Puerto Montt y buscar trabajo en algún barco oxidado, pero te embarcabas esa misma tarde.
La barcaza Puerto Edén se alejaba lentamente con la ayuda de unos diminutos y potentes remolcadores. Te viste haciendo ese trabajo, te viste con una gorra gris y siempre acompañado de un termo, te viste tomando una siesta en los días de tempestad mientras el puerto permanecía cerrado. Y te viste ansioso de cruzar el Golfo del Corcovado a las cuatro de la mañana, entonces te sentiste no tan al sur, pues la Antártica aun quedaba lejos. Tu no sabias si ibas a llegar. No tenías apuro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sigue asi , escribiendo.. y dile al polvorin reeeeeeeeeeeegeeee polva flow que se motive que hace tiempo tiene la mierda botada .


buaaa ( vomito)

Anónimo dijo...

Snt! :)

Bs
Vvn