miércoles, 27 de agosto de 2008

Sopaipilla pasá

Cuando llueve el agua no tiene por donde escurrirse, entonces fluye por el pavimento resignándose a jugar en cada esquina. Un niño con botas azules la patea en un semáforo en rojo esperando a que llore con más fuerza, pero el agua lo esquiva salpicando su sopaipilla con mostaza. El niño chilla y moquea al perder su aceitoso alimento. Su padre enfurecido por tal escandalo tironea del brazo del infante al ver la luz verde. El niño grita mientras su hombro se disloca. El hombre, arrepentido, corre con el niño gritando en brazos hasta una mojada y atestada posta central.

No hay comentarios.: